Deana se dirigía hacia el aula de antropología para coger su cuaderno de notas que se había olvidado al finalizar la clase.
Las clases terminaban a las cinco y ya hacia cuatro horas desde que finalizaron, y aquella era su última asignatura del día. Como aquellas notas le hacia mucha falta para el examen que llevaba días estudiando, hoy que era el ultimo día no podía dejar pasar ningún fallo.
Eran ya las veintidos cero cero horas. No había nadie en el campus, mas que los rezagados que estaban ahí por el amor hacia las fiestas de las fraternidades mas ‘’cools’’
Deana odiaba las fiestas, pues había conseguido llegar a la universidad por merito propio y ver que la gente desperdiciaba esa gran oportunidad en fiestas, le provocaba una gran repulsión. Siempre había soñado con sacarse su carrera con la que siempre ha soñado y llegar a ser alguien útil para el mundo. Sentía lastima por la gente que no tenia posibilidad alguna por llegar donde esta ahora mismo.
Su padre le decía siempre ‘’ Deana, tienes veinte años, es tu tercer curso en la universidad, no desperdicies tu vida en fiestas, drogas, alcohol y sexo. Cuando hayas alcanzado tu meta tendrás veintidós años. Entonces ahí podrás disfrutar lo que quieras, pero teniendo la cabeza sobre los hombros y los pies en la tierra. ’’
Deana siempre acato el consejo que su padre le decía cada curso. El era su modelo a seguir, pues el llego hasta la cumbre, cogió sus sueños con las dos manos y los convirtió en realidad, y ella quería hacer lo mismo que el.
El pasillo hasta llegar al aula de antropología esta oscuro apenas no ve nada, más que los fuegos artificiales de las fraternidades que esta noche tenían fiesta. << ¿Cómo pueden hacer fiestas un jueves a las diez y media, una semana antes de que lleguen las vacaciones de navidad?>>. Era algo totalmente ilógico para Deana.
<<Aula de antropología 120>>. Deana saca de su bolsillo el Zippo de la suerte que le regalo su padre a los dieciocho años cuando iba a comenzar su primer curso en la universidad.
Cuando se disponía a coger el pomo de la puerta y entrar escucha un ruido totalmente desconocido para ella. Pero lo deja correr y gira el pomo chirriante hacia la izquierda, enciende el Zippo que le proporciona la suficiente luz para verlo todo con más claridad.
Entra en el aula que huele a amoniaco, desde la ventana se ven y oyen más fuertes los fuegos artificiales.
Al entrar en el aula de antropología 120, el ruido se divisa con más fuerza. << ¿Qué será ese ruido?>>
Deana gracias a un fuego artificial de una de las fraternidades del campus, divisa su cuaderno sobre la mesa del profesor. Seguramente lo dejo ahí la señora de la limpieza cuando vino a limpiar el aula al finalizar la clase. El ruido de sus tacones hacían eco en el placido silencio que habitaba en el recinto ‘’tac, tac, tac, tac’’, el ruido extraño que se divisaba mas fuerte en el aula dejo de oírse, Deana se detiene, a llegado a la mesa, coge su cuaderno, da un giro de ciento ochenta grados sobre su eje, y se dirige hacia la puerta. ‘’Tac, tac, tac, tac’’, el ruido se vuelve a oír, pero ahora mas fuerte que antes.
Deana se quita los tacones, los deja sobre la mesa que tiene al lado, en la que está gravado el nombre de un viejo estudiante llamado ‘’Jhonny’’, deja su cuaderno junto con sus zapatos y se dirige hacia el ala norte de la clase, ahí hay un armario donde antes se guardaban los experimentos de ciencias, pero que actualmente está vacio.
Se acerca sigilosamente, coge el pomo con la mano derecha, no sabe lo que puede ser que hay ahí dentro y que emite un sonido totalmente desconocido para ella.
‘’Clack’’, se abre la puerta << ¡Dios!, era un simple ratón mordisqueando un cable, me asusto demasiado fácil…>>
Deana va andando plácidamente hacia la puerta, coge sus tacones, se los pone, agarra el cuaderno con la mano izquierda, abre la puerta y sale del aula. Cuando va a cerrarla escucha que algo se acerca, va jadeando, su respiración es entrecortada y emite ciertos gemidos, << ¡¿Qué es?!>>. Deana comienza a alarmarse, sabe que eso no es un ratón mordisqueando un cable, Deana se quita los tacones y corre hacia el ala sur donde hay otra salida, gira a la izquierda, va recto, oye que ese sonido la sigue, que le pisa los talones, luego gira a la derecha, va recto ya ve la señal de ‘’Salida’’, << ¡Oh, gracias Señor!>> Deana siente la respiración tan cerca de ella que consigue helarle la sangre, cuando ya llega a la puerta, alarmada y empapada en sudor frio, empuja la puerta y está cerrada, un aire que penetra por las rendijas hace que su fina chaqueta de hilo se le despegue, lo que sea que la seguía la coge haciéndole una brecha en medio, cuando Deana se va a girar con temblores en las piernas, lo único que ve es el pasillo en penumbra, que se ilumina por segundos por los fuegos artificiales.
Deana se queda perpleja, bañada en sudor, sabe que algo la ha perseguido, pero que es totalmente imposible por medio físico que se haya esfumado con tanta facilidad sin ser oído ni sentido. Se apoya en la puerta, para intentar recobrar el sentido y asimilar lo sucedido. Al apoyarse en la puerta, se cae de espaldas en la fría nieve de Diciembre << ¡¿Qué? es imposible si estaba cerrada!, ¿qué demonios pasa aquí?>> Se levanta coge su cuaderno de notas de antropología y se dirige hacia su BMW del 82’ que estaba aparcado en frente del recinto, se sienta en el asiento, apoya la cabeza sobre el volante y echa un suspiro. Arranca el coche con algo de dificultad, pues aun le temblaban los brazos por la agitada experiencia de hace unos minutos. Durante el camino hasta su edificio pensaba en si ir a la central de seguridad el campus o dejarlo correr, ya que la única prueba que tenia era una brecha en su cacheta. Llega a un semáforo, pero no le da tiempo y se pone en rojo, coge la chaqueta para ver si había rastro alguno de lo que fuera que le ha perseguido por el edificio, << ¡No es posible, si estaba rota!, ¿qué coño te pasa Deana?>>
El semáforo se pone en verde, y continúa el camino hacia su edificio. Cuando ya ha llegado al parking, aparca el coche en el primer sitio que ve, apaga el motor, echa otro suspiro, y sale del coche. El frio y la nieve que cae congelan sus labios en un segundo, Deana avanza su paso con temblores en las piernas, mezclando el miedo con el frio se le hace casi imposible dar un paso más. Cuando ya llega a la puerta ve alguna gente que ya ha terminado de festejar y se van hacia sus habitaciones, ella gira la cabeza abre la puerta y entra en el hall, va corriendo hacia el ascensor, con su cuaderno de notas pegado al pecho, pulsa la tecla numero veinte y espera a llegar hasta su habitación.
Pasados un minuto y medio Deana remuga << Este ascensor cada día va mas lento…>>
-La verdad es que sí.
-¿Disculpa? Alguien misterioso a su izquierda respondió al murmuro de Deana.
-Hola, me llamo Jhonny, ¿qué haces a estás horas por aquí?, dudo que vengas de fiesta por la cara que llevas.
-No, no vengo de fiesta, y lo siento tengo algo de prisa, así que si me disculpas, me voy a mi habitación.
-Ah, de acuerdo, seguramente nos volveremos a ver Deana.
Deana ya había llegado a la puerta de su habitación, pero se exalto al ver que aquel chico llamado ‘’Jhonny’’ sabia su nombre, y por qué le dijo que se volverían a ver.
<<Demasiada excitación para alguien tan tranquila como yo…>> Deana se quito la ropa la llegar al comedor, dejo su cuaderno de notas, y se dirige hacia el cuarto de baño, empieza a llenar la bañera, coge una toalla y unas sales de baño, << Cuando haya salido del baño, hare algo para cenar, y estudiare un poco para repasar el examen de mañana de antropología. >>
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